jueves, 31 de marzo de 2022

Dones de Dios

“Un creyente verdaderamente consagrado, querrá apropiarse de todo lo que Dios tiene previsto para su vida”.

Hemos recibido por la Gracia de Dios, en la Persona de nuestro Señor Jesucristo, el mayor Don (regalo) que podemos aspirar en toda nuestra existencia y es tan grande que no somos capaces de comprender su magnitud: La Salvación. 
No hay otro beneficio, regalo, don, bendición o como usted prefiera llamarle que el nuevo nacimiento Espiritual.

Pero la Biblia dice: “Procurad, pues, los dones mejores” en 1 Corintios 12:31 lo cual implica que, por indicaciones del mismo Dios, debemos buscar, cultivar, desear y permanecer abierto para recibir los dones que tiene reservados para nosotros nuestro Señor, a través del Espíritu Santo. Sin embargo, es preciso que tengamos cuidado de no ser presuntuosos al reclamar cualquier don para nosotros y atribuirnos dones que no nos ha dado DIOS. En lugar de ello, debemos confiar en la soberanía del Espíritu Santo para que nos dé “A cada uno en particular como él quiere” (1 Corintios 12:11).

Muchas personas pretenden poseer ciertos dones; pero su vida y su ministerio no dan pruebas de ello, porque no se trata de lo que usted desea o cree tener, sino de lo que en Dios le utilice para su propósito en este tiempo.

Muchos se atribuyen dones que no son manifiestos en este tiempo o que El Señor los usa de una manera diferente en esta dispensación de la Gracia y en definitiva no son para exaltarle a usted sino para cumplir el plan de Dios.

Antes de continuar debemos estar claros, que no se debe considerar que los dones espirituales hacen de alguna manera a un creyente o a un grupo de creyentes, más santo o espiritualmente más avanzado que otro. Al contrario, el Orgullo espiritual puede anular la eficacia de cualquier don.

Evidentemente, algunos cristianos poseen dones muy manifiestos, tales como el de la predicación, la enseñanza o el evangelista. Esto no quiere decir que son Súper-cristianos... Simplemente son personas que manifiestan  los dones que dio Dios les dio (como debe ser). Lo que si es fundamental saber es que luego de la Salivación de nuestras almas no hay ningún don superior a otro, ni mas importante y que solo hay un don común, que todos los creyentes debemos poseer y manifestar: el don de la Fe. Toda vez que la Fe es el único don común que todos deberíamos exhibir, el resto de los dones son repartidos por Dios, para ser ministrados como él quiera y cuando él lo decida. 

En una ocasión el Pastor Billy Graham comento: “Los dones nos llegan del Espíritu Santo, que escoge a quienes van a obtenerlos, y los reparte como él quiere”.

Dones vigentes.

Hay muchas personas que afirman conocer cuáles son los dones que están vigente en este tiempo y cuáles no. Pero lo importante no es lo que usted crea saber, sino lo que Dios hace a través de las personas con estos dones y entender que las manifestaciones de los dones son diferentes más allá de si están vigentes, de acuerdo a cada tiempo o dispensación.

¿Para qué son los dones espirituales?

Dos porciones de Las Escrituras describen los dones del Espíritu Santo: “Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia, según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otros, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como quiere” (1 Corintios 12:8-11).

“Y él mismo constituyó a unos apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” (Efesios 4:11,12).

Y la misma Biblia claramente nos indica la respuesta de para que son estos dones: 

Los dones espirituales (Todos) son para la edificación del cuerpo de Cristo. No todos los dones son iguales; pero todos tienen la misma finalidad y se deben aplicar para la edificación del cuerpo de Cristo, entiéndase la iglesia (Efesios 4:12-16).

Aunque somos responsables del modo en que utilicemos los dones que hayamos recibido, no somos responsables de los dones que no poseamos. Podemos desear tener ciertos dones e incluso pedirlos; pero si no responden a la voluntad del Señor, por mas que clame y ore a Dios no obtendrá lo que pida, sino lo que el Señor sabe que necesitamos. 

Debemos recordar que cada quien tiene muchos dones de Dios para su vida (además del don de la Fe), pero muy pocas personas los conocen, los buscan y los practican.

Recomendaciones para Descubrir y cultivar nuestros dones:

1. Permanezcan dentro de los lineamientos del contexto y de las circunstancias (señales), que revelen cuales pueden ser nuestros dones. Pero no se precipite al saber cuáles dones tiene para la edificación de cuerpo de Cristo, espere el momento de Dios para ponerlos en práctica.

2. Crean y transmitan con toda claridad que una persona debe haber nacido de nuevo en Cristo para poder manifestar los dones del Espíritu Santo. A diferencia de lo que muchos pretenden, no se puede invertir este orden de las cosas, ningún don esta primero que la Salvación.

3. No se deje afectar demasiado por personas o grupos que insistan en algún tipo de método estandarizado, para recibir o ejercer algún don, o que pretendan que todos los creyentes deben poseer ciertos dones. Cada uno debe confiar y entender que el Espíritu Santo distribuye los dones como Él lo desee (véase Juan 3:8 y 1 Corintios 12:11).

4. Sométase constantemente al señorío de Dios y solo así llegara a descubrir sus dones verdaderamente y con bastante facilidad. Esto hará que Dios le guíe en su vida, y esa es la clase de persona que Dios está dispuesto a bendecir, mostrándole los dones que le ha conferido el Espíritu Santo”.

5. Entienda que, para manifestar los dones espirituales, debemos también mostrar los frutos del Espíritu. “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley” (Gálatas 5:22,23). Los frutos y los dones permanecen juntos y no se nos conoce por nuestros dones sino por nuestros frutos (Mateo 7:16).

No puede por ejemplo manifestar el don de Pastor (aunque lo tenga), sin amor a las almas, sin paciencia y sin el deseo de servir.

6. Ore mucho y hable menos. Es con Dios con quien tiene que tener comunión y con quien debe tratar de estar hablando todo el tiempo y sin cesar, no con los hombres.

7. Recuerde siempre que el propósito de cualquier don no es para exaltarle a usted, sino a Cristo.

“Cada uno según el don que ha recibido, ministrenlos a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” (1 Pedro 4:10).

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