“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es
dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable,
Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz." Isaías 9:6
Cada
Navidad volvemos a recordar pasajes muy bellos de la santa Biblia alusivos a la
natividad del Señor, independientemente de que podamos albergar dudas o no, respecto
a la fecha exacta del natalicio (la Biblia no lo dice); Aunque si anuncia
claramente su venida como en este caso, a través del Profeta Isaías en más de
700 años antes.
La
belleza y esperanza se manifiesta porque todo se cumplió de manera perfecta, de
acuerdo a lo establecido por el mismo Dios: Cristo vino al Mundo en el cumplimiento de sus promesas.
El
mensaje que anuncia su nacimiento sigue estando vigente en nuestros días, así
como también su divino plan. Meditemos un poco en su contenido, a partir de las
diferentes designaciones y sobre cuál es el propósito de su obra divina.
En
primer lugar veamos los nombres y luego el mensaje:
"Admirable
consejero".
Este
es el primero de los términos utilizados en este pasaje. Un Consejero según la
mayoría de los diccionarios, es quien nos da orientación, nos guía ó nos ayuda
a tener propósitos claros. Sin embargo Cristo se presenta aquí como algo más,
como un consejero que responde perfectamente a todas nuestras necesidades, ya
que nos conoce de antemano y se presenta como digno de admirar.
En
los días de Isaías había toda clase de consejeros del rey y existían también los
profetas que interpretaban la voluntad de Dios al rey, pero aquí se nos habla
de algo mucho más grande, nos expresa sobre alguien que debemos ver como un
“admirable consejero”. No se trata solo de un ser sobrenatural con el poder y
la sabiduría para resolver cualquier problema, tampoco trata solo de
maravillarnos… los seres humanos admiramos algo cuando creemos que es bueno,
grande y verdadero.
Jesús
fue durante su ministerio en la tierra un consejero que practicó lo que enseñaba
a la absoluta perfección. Él era ejemplo perfecto de un consejero ideal, ya que
siempre vivió de acuerdo a sus enseñanzas.
Hoy
Cristo sigue ofreciendo ser nuestro “admirable consejero”, para ayudarnos
a poder vivir una vida de victoria y
alegría. Sus admirables consejos permanecen para siempre en su Santa palabra,
disponibles para ser grabados en nuestros corazones y validos para tener una
vida victoriosa.
"Dios fuerte".
Jesús
viene a personificar ese “Dios fuerte” del cual escribieron Moisés y los
profetas de la antigüedad. Solo Él tiene la fuerza para derribar la pared
intermedia que nos separaba. Tan grande es la obra del Salvador que ningún
poder menor al de Dios todopoderoso, podía hacer que ocurriera. Jesús viene a
ser Dios todopoderoso y hombre fuerte a la vez. El podía renunciar a todo
sufrimiento en la cruz, tenía el poder creador en sus manos, podía no haber
padecido. Sin embargo, decidió sacrificarse voluntariamente por ti y por mí, y
aún pudiendo evitarlo ni siquiera lo imaginó. Solo nuestro “Dios fuerte” tiene
el poder de soportar tanto por amor y gracias a él podemos decir hoy que “…somos más que vencedores por medio de aquel
que nos amó” Ro 8:37
“Padre
Eterno”
Uno
de los nombres utilizados aquí para describir a nuestro Salvador es “Padre
Eterno”. Jesús es uno eternamente con el Dios Padre y con el Santo Espíritu de
Dios. No son tres personas distintas y separadas, son una tri-unidad de
personas tradicionalmente llamada Santa Trinidad, que se manifiestan de manera
diferentes, aunque es un solo Dios. Nuestro Salvador es uno con el Padre y
siempre mantuvo durante su venida una relación íntima y filial con el Padre. No
es un simple niño que “nos es nacido” sino el excelso y todopoderoso “Padre
Eterno”, hecho hombre... Era el Rey eterno que habría de reinar por siempre, no
como los reyes de la tierra que dejan a sus súbditos después de un corto
reinado; sino más bien es aquel que reina y reinará sobre nosotros,
bendiciéndonos por siempre”. Esto nos debe motivar a expandir nuestra esperanza,
ya que quien nos salvó es el Rey Eterno y su deidad será con nosotros invariablemente
por siempre. Gracias a que Jesús es nuestro “Padre Eterno”, nosotros los
creyentes somos sus hijos por siempre.
“Príncipe de Paz”
Todos
los nombres del Señor Jesucristo son preciosos, no obstante adicionalmente este
nombre nos trae una connotación de esperanza en gran manera. Quien no puede
estar complacido al saber que el Mesías vino a aportarnos un maravilloso estado
de armonía, libre de emociones perturbadoras y de todo tipo de opresiones. Solo
Dios mismo pudo traernos el bienestar supremo de la Paz. Es el “Príncipe de
Paz” porque Él cargo sobre sus hombros el precio de nuestra Paz. La Biblia dice
que “… él fue herido por nuestras
rebeliones, molido por nuestros pecados. Por darnos la paz…” Is 53:5
Nuestros
pecados merecían todo el castigo, pero Él cargo con ellos “Por darnos la paz”.
Él viene para establecer y mantener en nuestras vidas la verdadera,
imperturbable y eterna paz. El gran ministerio de este niño nacido es traernos
la sosiego en esta vida y en la eternidad. Conocer a Jesús nos sigue
impartiendo tranquilidad, aún en medio de las circunstancias más difíciles.
El
Mensaje.
Hemos
estado meditando sobre la profecía dada por Isaías, sobre el nacimiento de nuestro Salvador a través de la connotación
de los diferentes nombres dados aquí al Mesías. Sin embargo es necesario que comprendamos y nunca olvidemos lo
fundamental… ¿Para qué “nos es nacido”?, ¿Para qué vino Cristo?
La respuesta no es muy complicada, ni hay que
estudiar mucha teología para comprenderla, la respuesta a esta interrogante
está plasmada en la misma Biblia (que es la verídica palabra de Dios) para que
la tengamos siempre presente como de suma importancia.
La respuesta es que “…Cristo Jesús vino al mundo
para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero” (1ra. Timoteo
1:15). El mensaje es que sin el nacimiento de Cristo en Belén y luego la entrega de su vida
(como humano) en una cruz por ti y por mí, nunca hubiéramos logrado ser Salvos.
Se trata de que Él vino a entregar su vida voluntariamente para que nosotros...
El mensaje del niño de Belén esta cada día más vigente, ya que nosotros no podíamos pagar el precio de nuestra salvación, era necesario que Cristo viniera y pagara el precio suficientemente por nosotros, con su invaluable sacrificio expiatorio.
El mensaje del niño de Belén esta cada día más vigente, ya que nosotros no podíamos pagar el precio de nuestra salvación, era necesario que Cristo viniera y pagara el precio suficientemente por nosotros, con su invaluable sacrificio expiatorio.
Y este es el gran mensaje de esta Navidad y de
siempre: ¡Cristo vino al mundo para
Salvarnos!
¡Este es el verdadero mensaje de Navidad!
Gracias, muchos Saludos.
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