El Desierto no es tu hogar.
“Y no dijeron: ¿Dónde está Jehová, que nos hizo subir de la tierra de Egipto, que nos condujo por el desierto, por una tierra desierta y despoblada, por tierra seca y de sombra de muerte, por una tierra por la cual no pasó varón, ni allí habitó hombre". Jeremías 2:6
Los israelitas salieron de Egipto partiendo desde la ciudad de Ramsés, con destino a la tierra prometida la cual es actualmente Israel. Era un viaje con un recorrido de 360 km en línea recta aproximadamente.
De
acuerdo a los expertos una persona en buen estado físico, podría haber hecho
este recorrido en 12 días aproximadamente, pero como se trataba de una caravana
compuesta entre otros por ancianos, enfermos y niños, deberían haberlo hecho
entre 60 y 90 días. O tal vez si hubieran avanzado solo 01 km solamente por día
(al paso del morrocoy herido), deberían haber llegado en un año, pero se
tardaron 40 años.
Pasar por el desierto no
es fácil.
Ahora
bien, caminar un minuto en el desierto no es fácil, pero deambular allí 40 años
es difícil en exceso. Sabía usted que el promedio de vida o supervivencia en el
desierto actualmente es de 4 a 6 días.
40
años con un insoportable calor, 40 años con escases, 40 años en una tierra seca
llena de serpientes, 40 años con tormentas de arena.
¿Por qué se tardaron tanto?
·
No tomaron en camino
correcto.
Al
salir de Egipto el pueblo de Israel, no camino hacia la tierra prometida.
·
Hicieron del desierto su
hogar.
Israel
acampó cuarenta veces durante su travesía en el desierto, por un promedio de 1
año en cada sitio, (Números 33.
·
Quisieron cambiar las duras
circunstancias del desierto.
El
pueblo se quejaba con Dios por las duras condiciones del desierto, mas no se
marchaban.
·
Porque Dios espero a que
pasara esa generación.
Porque
la generación que salió de Egipto, era una generación incrédula, que preferían
el desierto antes que creerle a Dios. Una generación que no quiso caminar hacia
su destino, sino que hicieron como Jonás. Una generación que a pesar de todo lo
que Dios hacía por ellos, no fue Fiel, salvo algunas excepciones.
Todos alguna vez pasamos
por el desierto.
El
desierto de acuerdo a la Biblia es un conjunto de situaciones por donde le pasa
el Señor, para que usted sea purificado, enseñado y preparado para triunfar. Es
desierto en si no es malo, fíjense que el mismo Jesús al empezar su ministerio
voluntariamente se fue al desierto. Porque el Señor sabía que a pesar de sus incomodidades
y dificultades el desierto era un lugar preparatorio para triunfar.
No es un lugar para
residenciarse.
Recuerde
usted no pertenece el desierto, ni el desierto le pertenece a usted. Por eso
todo el dolor, la dificultad, la enfermedad, la escasez, la muerte y todas las
difíciles condiciones, déjelas allí en el desierto, no se quede viviendo con
ellas. Entienda que no son sus circunstancias, son las circunstancias del
desierto. Su prioridad no debe ser vencer las circunstancias sino salir del desierto
y entrar en la promesa de Dios.
Recuerde:
El
desierto no es para siempre, ni tampoco es su hogar.