miércoles, 17 de julio de 2013

Zaqueo

Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. Y sucedió que un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, procuraba ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. Y, corriendo delante, se subió a un sicómoro para verlo, porque había de pasar por allí. Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba lo vio, y le dijo:
—Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que me hospede en tu casa.
Entonces él descendió aprisa y lo recibió gozoso. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a hospedarse en casa de un hombre pecador. Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor:
—Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguien, se lo devuelvo cuadruplicado.
Jesús le dijo:
—Hoy ha venido la salvación a esta casa, por cuanto él también es hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.” Lucas 19:1-10

Muchos quizás hemos oído sobre esta historia de la biblia, la cual les invito a repasar otra vez tratando de identificar especialmente los detalles sobre la actitud del personaje, los obstáculos que tuvo frente a sí y los resultados.

La historia se desarrolla en la ciudad de Jericó, la misma que había sido sitiada y maldecida por Josué más de 15 siglos antes, también la misma donde Dios obró a través de su siervo el profeta Eliseo, convirtiendo sus aguas amargas en potables. Jericó está a unos 27 Km. de Jerusalén y era una ciudad muy importante, debido a su ubicación como paso obligado de viajeros desde Transjordania a Jerusalén, todos los viajeros que venían a desde el sur y este del Jordán seguramente pasarían por allí. Además quizás se detendrían porque era un Oasis en el desierto, un lugar perfecto para descansar  antes de llegar a Jerusalén.

Israel estaba bajo el dominio Romano en ese tiempo y Roma había colocado en Jericó su respectiva oficina para cobrar impuestos: Todos los mercaderes que pasaban por allí y los residentes debían pagar tributos y este hombre Zaqueo era el jefe de los cobradores de impuesto de la ciudad de Jericó, por lo cual, por cierto seguramente era odiado por todos. Los Publicanos eran despreciados política, social y religiosamente (ver Mateo 5:46) porque tenían la responsabilidad de cobrar los impuestos y se entendía que habían traicionado a su pueblo.

Jesús venia de sanar pocos días antes a los diez leprosos y acababa de sanar en la entrada de la ciudad al ciego Bartimeo, por lo que seguramente había mucho alboroto en este momento, era una situación expectante...

Zaqueo era un hombre “pequeño de estatura” estaba muy interesado en ver a ese hombre maravilloso que tenia revolucionado a todo Israel. Motivado por la misma curiosidad que aunque generalmente no es virtuosa, algunas veces nos puede llevar a la Gracia de Dios.

Zaqueo en hebreo es “Zaκai” que irónicamente significa puro e inocente. Pero para asombro de todos, este hombre deja a un lado todas sus ocupaciones de ese día porque quería ver a Jesús, de verdad lo necesitaba! No obstante, tenía muchos obstáculos en su camino, de los que destacan dos:

Primero la gran muchedumbre de personas que le hacían imposible acercarse, lo cual superacorriendo delante”. Segundo que era tan pequeño que no tenía la menor esperanza, por lo que decide subir a aquel árbol.

Antes de esto había dejado su trabajo, su familia y todo su programa del día, porque él tenía que ver a Jesús... Imaginémonos por un momento al jefe de la oficina de recaudación de impuestos,  de una de las más importante ciudades de Israel y hombre de confianza del entonces poderoso imperio romano, ¡dejando todo por ver a Jesús!

Lo deseaba tanto que se expuso al subirse a una rama de un sicómoro (higuera africana de 10 Mt Aprox.), el cual era un árbol inmundo, porque su fruto servía para alimentar a los cerdos y seguramente debido a su posición podía ser objeto de burla, represalias y vergüenza.

A Zaqueo no le importó nada a su alrededor... Él tenía que estar presente y bien ubicado para poder ver a Jesús, no esperando un golpe de suerte, sino que su actitud fue hacer hasta lo imposible por lograr su anhelo. El quería ver a Jesús porque seguramente algo le estaba haciendo falta, estaba vacía su vida, tenía todo pero al mismo tiempo no tenía nada…?  

Él responde eficazmente al llamado de Jesús, al colocarle como lo más importante de su vida y tener todo lo demás como menos importante. La actitud que asumió Zaqueo fue y es la correcta!!!

Sin embargo al mismo tiempo tuvo que vencer grandes obstáculos, que pueden ser análogos a los mismos de nuestros días:

Las circunstancias externas,
Su condición física,
El orgullo,
El miedo,
El materialismo,
La humillación, etc.

Como resultado el Señor se fija en El y le dice “desciende, porque hoy es necesario que me hospede en tu casa”, él le “recibió gozoso” y se arrepiente de sus pecados. Además Zaqueo ofrece pagar sus defraudaciones por cuatro veces más, dando testimonio de la transformación evidente que sufre ante la fuerte presencia del Señor.

Amigo hoy el Señor Jesús puede estar llamándote a ti, no le dejes pasar sin conocerle, baja de tu árbol, abandona todo y lucha contra cualquier obstáculo. Invítalo a tu vida y permite ser cambiado como él de manera extraordinaria. No dejes pasar tu oportunidad, no te dejes vencer por los impedimentos y dile aquí estoy Señor, eres lo más importante para mí.

Todos debemos responder siempre eficazmente al llamado de Jesús.


Bendiciones.

domingo, 14 de julio de 2013

El día domingo

Vamos a hablar un poco de lo que significa el día domingo y porque debemos congregarnos ese día la iglesia de Jesucristo.

La palabra “Domingo” proviene del latín “Dominicus” que etimológicamente deriva de la frase “dominus die” y significa “día del Señor”. El día Domingo corresponde al primer día de la semana y coincide con el inicio de la principal fiesta de origen Judío denominada Pascua, en la que se celebra la salida de Israel de Egipto. La biblia dice que un día Domingo ocurrió la Resurrección de Jesús (Juan 20:1-17) y también la fiesta del Pentecostés (Lev.23:15-21 y Hechos 2:1-4).

En otras palabras podemos resumir que en un día domingo Jesús resucitó, Israel inicia el éxodo, El Espíritu Santo es derramado sobre los primeros cristianos, Dios inicia la creación y se reconocen otros acontecimientos importantes...

¿Tiene algún significado especial este día?

— Absolutamente Si 

¿Por qué debemos congregarnos ese día?

Algunos dicen (con cierta razón) que el día sábado es el día de descanso, basados sobre todo en que tal día como ese Dios reposó (ver Gen. 2:2), lo cual coincide perfectamente con la importancia del día del Señor, ya que el Sábado es el día anterior al Domingo, entonces si seguimos el ejemplo de Dios debemos acostarnos temprano los Sábados, porque al día siguiente es el “Día de Señor”.

La biblia dice “no dejando de congregarnos…” 
(Hebreos 10:25) Y la iglesia de Jesucristo se reúne los días domingo habitualmente para rendirle culto a Dios, adorarle y aprender su palabra. Sin desestimar la posibilidad de hacerlo también en otros día.


¿Pero porque el Domingo?

El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.” (Hechos 20:7) Aunque los discípulos seguramente oraban, leían la palabra, meditaban y cantaban durante toda la semana; podemos observar que empezaron a reunirse los días domingo de cada semana (domingo) para adorar a Dios, mantener la comunión y conmemorar el sacrificio de Cristo. Si, los discípulos de Jesús se reunían en “el primer día de la semana” y los padres de la iglesia continuaron con esta práctica, la cual ha sido continuada por todos los cristianos hasta nuestros días…

Ahora bien no debemos confundir el significado del domingo, con el glorioso “día del Señor” de los tiempo finales, cuando el volverá por su iglesia.

Que tengan todos hoy un feliz “día del Señor" 

lunes, 8 de julio de 2013

Introducción al estudio de la doctrina del pecado


La biblia dice en Romanos 3:23 que “por cuanto todos pecaron, están destituidos de la Gloria de Dios”. Y no se refiere a algunos, sino que “todos”  están descalificados para alcanzar la gloria de Dios y no pueden manifestar la perfección por El pecado. ¿Y qué es esto del pecado, que significa?
Podríamos resumir en un breve concepto al pecado como todo lo que separa al hombre de Dios y aunque su definición en la forma teológica es larga, podemos sintetizar al pecado como errar  al blanco, fallar, incumplir los mandamientos, transgredir la Ley de Dios, ignorancia, rebelión, etc…
Pero quizás la respuesta puede ser aún más simple: Pecar es hacer lo que Cristo nunca haría! Lo que por su naturaleza le es imposible tolerar; por lo cual si imaginamos que nunca Dios haría ó que no le agradaría, podríamos tener una idea muy cercana de lo que es el Pecado.
Pero analicemos un poco la parte donde dice  “todos pecaron” y que “están destituidos de la gloria de Dios” Wow! La biblia es clara: Todos...!!!
El apóstol Juan definió al pecado como “infracción de la Ley” (1 Juan 3:4) y Strong  provee un ejemplo de esto cuando define al pecado como la “falta de conformidad a la ley moral de Dios, ya sea en hecho, disposición ó estado” (Systematic theologhy p. 269)
El pecado es algo terrible a los ojos de un Dios Santo y es algo tan dañino que solamente la muerte del hijo de Dios (Cristo) lo puede quitar. La Biblia dice en Juan 1:29 “…Este es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” por lo que reconocemos que solo por su inigualable sacrificio en su muerte inocente, puede redimirnos y expiar al pecado.
El pecado es tan abominable a los ojos de Dios que tomó acciones extraordinarias para extinguirlo a través de su hijo, para que ya no estemos mas separados de Él,  sino que seamos justificados “…gratuitamente por su Gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” (Romanos 3:24)
Y tal como lo entendemos no hay otro camino para nosotros, sino la fe redentora en que Jesús es nuestro Señor y que con su muerte fueron justificados nuestros pecados y expiada (calmada) la ira de Dios. El canceló todas nuestras culpas asegurando nuestra correcta reconciliación con Dios y borró todos nuestros pecados por amor y para la gloria de su santo nombre. Si, somos redimidos por su gracia y absueltos de nuestras faltas gratuitamente.
Ahora bien, me permito en este punto hacer una reflexión: Si el dio todo por nosotros y siendo Justo se hizo pecado para salvarnos y librarnos de la paga del pecado (muerte) dándonos vida en abundancia, lo menos que deberíamos de hacer es aceptar y enaltecer ese tremendo regalo recibido, tratando de complacerle y honrarle en cada momento de nuestras vidas, haciendo lo que a Él  le agrada cada día más.
Hermanos míos, decidamos hoy desechar el pecado de nuestras vidas y tratemos de llevar la vida piadosa que Dios desea, decidamos hoy dar en el blanco y honrar el sacrificio de Cristo.

Clasificación del pecado

“Por tanto, como el pecado entró al mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” Romanos 5:12
Hay muchas formas de pecar, pero según su origen básicamente el pecado puede ser imputado, heredado y personal. En el versículo anterior podemos entender lo que es el pecado heredado a través de Adán y su consecuente separación de Dios con el hombre. Por lo tanto el pecado tiene su origen con relación al hombre, en el Edén. 
El pecado imputado, es el pecado que resulta en la participación de todos los hombres en el primer pecado de Adán. Este tipo de pecado se transmite directamente a cada miembro de la raza humana y su castigo es la muerte física.
El remedio para este tipo de pecado lo podemos encontrar en la justicia imputada de Cristo “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” (2da. a los Corintios 5:21) Entendiendo que Jesús se ofrece voluntariamente haciéndose “pecado” no pecador, para ofrendar al Padre un sacrificio por el pecado, con la intención de que nosotros pudiéramos ser hechos justicia de Dios en El. Por lo tanto cuando aceptamos a Cristo como redentor y Salvador, este tipo de pecado queda justificado suficientemente.
El pecado heredado ó naturaleza pecaminosa, es la capacidad e inclinación del hombre de hacer las cosas que nos hacen reprobables delante de Dios.
Los resultados de esta naturaleza son la falta de méritos en el hombre ante los ojos de Dios y la consecuencia es la muerte espiritual. La Biblia enseña que cuando no conocemos a Cristo como nuestro Salvador, tienen “…el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón” (Efesios 4:18) y que se transmite de Padres a hijos “He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre” (Sal. 51:5).
El remedio es la redención que imparte Cristo, en la capacidad de resistir el pecado que antes formaba parte de su “naturaleza”, mediante el poder del Espíritu Santo, que mora en el creyente para darle la victoria sobre la vieja naturaleza.
El pecado personal es el que cometemos todos los días los seres humanos en nuestros actos individuales. Desde el más pequeño como una “inocente mentirita” hasta los más grandes, por todos, los que no han puesto su fe en Jesucristo deben pagar el precio del pecado personal, así como de los imputados y heredados.

La buena noticia es que Cristo nos libró de las consecuencias del pecado (de cualquier tipo) y dándonos a los creyentes una naturaleza renovada. Todos nuestros pecados han sido crucificados en la Cruz de Jesús.


El pecado en la vida del cristiano

La Biblia dice en la 1ra. a Timoteo 1:15 "Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero."

“Palabra fiel” porque es digna de ser aceptada por todos, departe de Dios como una bendición para nuestras vidas.

El Santo apóstol Pablo, declara una vez más que Cristo vino para salvarnos a “todos los pecadores, de los cuales Yo soy el primero”

Pablo lo dice probablemente en sus últimos días de vida terrenal, declara que él era el primero… No dice meramente era en tiempo pasado, sino que lo expresa en presente “Yo soy el primero”

¿Quiere decir esto que Pablo era un pecador y nosotros podemos pecar? -–De ninguna manera--

Quiere decir que él reconocía que sin Cristo no era nada y que solo gracias a Jesús había podido vencer al pecado. Quiere decir que no estamos exentos del pecado, sino que tenemos que recurrir diariamente a la ayuda de Dios con la decisión firme de No pecar…

Quiere decir que a pesar de ya no estar condenados, debemos de llevar una vida lo más piadosa posible, luchando la batalla contra el pecado diariamente. Pablo consideraba que antes de conocer a Cristo era un gran pecador y que fue el primero en ser Salvado.

¿Cómo podemos vencer al pecado en nuestra vida Cristiana?

Dios nos enseña en su palabra, que el Espíritu Santo es un don dado a la iglesia para vencer la vida pecaminosa. A medida que caminemos más en el Espíritu y menos en las emociones de la carne cumpliremos con la palabra: “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne” (Gálatas 5:16). El Espíritu Santo es quien hace la diferencia en la vida del Creyente y nos da la victoria sobre los estímulos corruptos del mundo.

La mejor defensa que tenemos contra el pecado, es dejarnos guiar por el Espíritu Santo en todo y saturarnos de Cristo a través de:

La oración diaria,
La palabra de Dios,
la adoración a Dios y
La congregación frecuente en la iglesia y grupos de hermanos.

Estamos llamados a crucificar diariamente la carne y sus deseos pecaminosos, y permanecer alertas para no hacer “Lo que Dios nunca haría”.Con su ayuda Cristo nos dará la victoria y cada día serán mayores los frutos del Espíritu Santo que Dios quiere de nosotros.

sábado, 6 de julio de 2013

Los Diferentes nombres de Dios.


Los diferentes Nombres de Dios nos dan una idea de cómo es El, a la vez que identifican algunos de su atributos y revelan aspectos de su carácter. Invocar el nombre del Señor, es adorarle a Él (Génesis 21:33).

YAVE ó YAHVEH, se Traduce como “El Señor” y significa Dios Eterno enfatizando la inmutabilidad del Señor y la presencia de Dios con su pueblo, denota a Dios como un Ser Activo y con existencia propia. Se usa con mucha frecuencia en el AT aproximadamente unas 5.321 veces y originalmente se usaba sin vocales como YHVH.

El nombre “YO SOY EL QUE SOY” le fue revelado primero a Moisés y significa que esta activamente presente (Omnipresente).
El Nombre ELOHIM significa El, Dios, Divino y Fuerte. Ryrie define el término “ELOHIM” como: “el sentido general de la Deidad” (Teología Básica) y sugiere que es Fuerte y de gran poder, por lo que se le debe temer y reverenciar.

El Termino ADONAI también se usa para nombrar a Dios y significa “Señor, amo y Dueño” Tal como es una relación entre hombres de Amos y siervos. La forma más frecuente  de nombrar a Dios es THEOS (Dios) y significa que es el único  Dios verdadero, Único, Transcendente y Salvador.

El nuevo diccionario de la biblia, nos refiere al respecto:

“Dios se reveló a Moisés con el nombre de YHWH (Éx. 3:14; 6:3). A la combinación de estas cuatro letras los eruditos llaman tetragrámaton o tetragrama. No es posible saber exactamente cuál era la pronunciación original del nombre de Dios, puesto que los hebreos no escribían las vocales. Cuando los masoretas, entre los siglos VI y X d.C., introdujeron los signos para vocales en la escritura hebrea, hacía ya muchos siglos que no se pronunciaba el nombre de Dios. Por investigaciones recientes los expertos han concluido que la pronunciación más probable es Yahvé.
Jehová.
Era uso, cuando se leían las Escrituras, pronunciar  Adonai (Señor) en todo lugar donde apareciera el tetragrámaton. Fue así como surgió el término “Jehová”, porque los masoretas hicieron una combinación que incluía las vocales de la palabra Adonai, con las letras del t. Cuando Moisés recibió la orden de ir a liberar a su pueblo, dijo a Dios: “Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros” (Éx. 3:13–14). Este nombre proclama la conciencia que Dios tiene de sí mismo, al decir: YO. Implica la autosuficiencia divina, pues él no depende de nadie para su propia existencia. Es también una declaración de absoluta soberanía e inmutabilidad. Esto es lo que expresa el Tetragrámaton YHWH, que en RV60 aparece como “Jehová”. Al combinarse con otras palabras surgen nombres que apuntan a determinados atributos o acciones de Dios. Así:
Jehová-elohay (Jehová mi Dios).
Señala al Dios que ha de venir. Aparece en Zac. 14:5 (“... y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos”).
Jehová-eloheenu (Jehová nuestro Dios).
Se utiliza en el Sal. 99:5, 8, 9 (“Postraos ante su santo monte, porque Jehová nuestro Dios es santo”).
Jehová-elohe Yisrael (Jehová Dios de Israel).
Aparece por primera vez en el cántico de Débora (“Yo cantaré a Jehová, cantaré salmos a Jehová Dios de Israel” [Jue. 5:3]).
Jehová-eloheka (Jehová tu Dios).
Dios lo usa refiriéndose a sí mismo cuando da los mandamientos a Israel (“Yo soy Jehová tu Dios” [Éx. 20:2–7]).
Jehová-elyon (Jehová el Altísimo).
Alude a la supremacía de Dios. Como en el Sal. 97:9 (“Porque tú, Jehová, eres excelso sobre toda la tierra; eres muy exaltado sobre todos los dioses”).
Jehová-hosenu (Jehová nuestro Hacedor).
Es nombre que apunta al Creador. Como en el Salmo 95:6  (“Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor”).
Jehová-jireh (Jehová proveerá).
Recuerda la providencia de Dios. Este nombre surge en el episodio del sacrificio de Isaac, cuando Dios se proveyó de un cordero. “Por tanto, se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto” (Gn. 22:13–14).
Jehová-mkaddishkim (Jehová que os santifica).
La santificación del sábado es una señal “para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico” (Éx. 31:13).
Jehová-nissi (Jehová nuestro estandarte o bandera).
Tras la batalla contra Amalec, “Moisés edificó un altar, y llamó su nombre Jehová-nissi” (Éx. 17:15). Alude al Dios que da la victoria.
Jehová-raah (Jehová mi pastor).
Así le llama David en el Sal. 23. Alude a la protección, guía y provisión de Dios para los suyos.
Jehová-rafa (Jehová el que sana).
Este nombre no aparece transliterado en RV60. Se utiliza en relación con el incidente de las aguas amargas de Mara. Tras sanar las aguas, Dios le dice el pueblo: “Si oyeres atentamente... y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador” (Éx. 15:23–27).
Jehová-sabaoth (Jehová de los ejércitos).
Alude a Dios como supremo en la corte celestial, rodeado de los ángeles (1 S. 1:3).
Jehová-salom (Jehová es nuestra paz).
Cuando Gedeón fue visitado por “el ángel de Jehová, dijo: Ah, Señor Jehová, que he visto al ángel de Jehová cara a cara. Pero Jehová le dijo: Paz a ti; no tengas temor; no morirás”. Con ese motivo, “edificó allí Gedeón altar a Jehová, y lo llamó Jehová-salom” (Jue. 6:22–24). El nombre señala al Dios que trae paz y confianza.
Jehová-sama (Jehová está presente).
Con este nombre aparece en Ez. 48:35 (“Y el nombre de la ciudad desde aquel día será Jehová-sama”). Recuerda la situación final, cuando Dios morará gloriosamente en medio de su pueblo.
Jehová-tsidkenu (Jehová nuestra justicia).
Es nombre que alude a Dios en tiempos mesiánicos, cuando él levante un “renuevo justo” que “hará juicio y justicia en la tierra.... y este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra” (Jer. 23:5–6).
El
Esta palabra, en singular, es la que se utiliza para decir “dios”. Según el contexto, puede referirse a un dios falso. Pero señalando al verdadero Dios aparece unas doscientas cincuenta veces en la Biblia. Significa “el primero”, o “el fuerte”. Se combina con otras palabras para formar nombres como:
Dios Altísimo
La primera vez que se usa el término es en Gn. 14:18–24, cuando Melquisedec bendice a Abraham en el nombre del “Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra”. Debe notarse que Melquisedec lo llama “Dios Altísimo”, mientras que Abraham lo invoca como “Jehová Dios Altísimo”, lo cual podría señalar a una diferencia en el conocimiento que ambos tenían del mismo Dios.
Dios celoso
Indica que Dios no comparte la adoración. Sólo a él se debe adorar, porque sólo él es Dios. “No te has de inclinar a ningún otro dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es” (Éx. 34:14).
Dios de verdad
En el cántico de Moisés se dice que es “Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; es justo y recto” (Dt. 32:4).
Dios eterno
Después de firmar un pacto con Abimelec, Abraham “invocó allí el nombre de Jehová Dios eterno” (Gn. 21:33). Señala al Dios de la permanencia y la firmeza.
Dios fiel
Nombre que recuerda Moisés al decirle al pueblo que “guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones; y que da el pago en persona al que le aborrece” (Dt. 7:9).
Dios grande y temible
Moisés alienta al pueblo diciéndole: “No desmayes delante de ellos, porque Jehová tu Dios está en medio de ti, Dios grande y temible” (Dt. 7:21). Dios grande, poderoso y temible.
Nombre que surge en el contexto de una exhortación a la santidad. “Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz. Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses, y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible” (Dt. 10:16–17).
Dios misericordioso
Moisés dice al pueblo que si pecaba debía confiar en Dios y arrepentirse. “Dios misericordioso es Jehová tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres” (Dt. 4:30–31).
Dios Todopoderoso
Con ese nombre Dios se reveló a Abraham (“Yo soy el Dios Todopoderoso”) diciéndole que le había puesto por “padre de muchedumbre de gentes”, cuando era de noventa y nueve años y no tenía heredero (Gn. 17:1–5). Alude al Dios que todo lo puede.
Dios viviente
Josué utiliza este apelativo en el momento en que habla al pueblo para cruzar el Jordán (“En esto conoceréis que el Dios viviente está en medio de vosotros”). Le dice que ese Dios haría el milagro de partir las aguas (Jos. 3:10).
Elah o Elahah En singular.
Es el equivalente caldeo del hebreo Eloah. Se encuentra unas setenta y siete veces en los libros de Daniel y Esdras.
Eloah En singular.
Se deriva de la palabra Ahlah, adorar. Con Eloah se hace referencia a Dios como el único digno de adoración, el adorable. Ocurre unas cincuenta y cinco veces en el AT, como en Dt. 32:15 (“Entonces abandonó al Dios que lo hizo”), y en Dt. 32:17 (“Sacrificaron a los demonios y no a Dios”). Este nombre se utiliza mucho en el libro de Job.
Elohim Es el plural de Eloah.
Se utiliza unas dos mil quinientas veces. La primera vez en Gn. 1:1 (“En el principio creó Dios los cielos y la tierra”). Estando el nombre en plural, sin embargo la acción (“creó”) aparece en singular.
Otros nombres son:
Adonai (Señor).
“Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores. Dios grande, poderoso y temible” (Dt. 10:17). Dios es supremo. Está por encima de todo y de todos. Aparece por primera vez en Éx. 34:6.
Anciano de días
Se utiliza en las visiones de Daniel (“... y se sentó un Anciano de días” [Dn. 7:9, 13, 22]).
El Roi
Es el nombre con el cual Agar se refiere al “Viviente-que-me-ve” (Gn.16:13–14), después que Dios se le apareció junto a una fuente en el desierto, cuando huía de Sara.
El Shaddai.
Aparece siete veces como “Dios Todopoderoso” o “Todopoderoso Dios”. Y alrededor de cuarenta y un veces como “el Todopoderoso”, mayormente en el libro de Job.
Jah
Este nombre se forma con la primera y la última letra del Tetragrámaton, intercalando una vocal en el medio. Aparece unas cuarenta y nueve veces en el AT, solamente en los libros de Éxodo, Salmos e Isaías. Como en el Sal. 68:4 (“Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre; exaltad al que cabalga sobre los cielos. JAH es su nombre...”).
Roca
Moisés, en su cántico, dice: “El es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud” (Dt. 32:4).
Santo de Israel.
Es un apelativo muy utilizado por el profeta Isaías (Is. 1:4; 5:19; 10:20, etcétera).” [1]

Sin embargo, tenemos que tomar recordar siempre que lo más importante no es como le llamemos, sino que de verdad le conozcamos y le seamos obedientes.

Dios mismo se autodenomino: “Yo soy el que soy” y como hemos visto solo en el AT se autodefinió de muchas maneras y según la ocasión, para luego manifestarse como Jesús el Cristo Salvador. Démosle a Él la honra siempre y dirijámonos con reverencia, recordando que "El nombre de las cosas define su propósito" CS

RV60 Reina-Valera 1960 S Sur AT Arameo


[1]Lockward, Alfonso: Nuevo Diccionario De La Biblia. Miami : Editorial Unilit, 2003, S. 297

lunes, 1 de julio de 2013

Cristo es la respuesta

“Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró ama también al que ha sido engendrado por él. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios y guardamos sus mandamientos, pues este es el amor a Dios: que guardemos sus mandamientos, y sus mandamientos no son gravosos, porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?” 1 Juan 5:1-5

La Biblia dice que “todo lo que es nacido de Dios vence al mundo…” (1 Juan 5:4, Sin embargo muchos de nosotros nos hemos sentidos en algún momento de nuestras vidas frustrados, estresados, cansados, agotados, deprimidos, cargados, engañados, vacíos, solos y una larga lista de etcéteras.
Producto aparentemente por alguna situación ó condición existente cómo una perdida, el abandono, la ruina, los complejos y sobre todo la afectación del pecado. Sin embargo hoy tenemos una buena noticia: Dios no quiere nuestras almas en derrota, Dios quiere darnos la victoria en Cristo Jesús en todo! El dice en Romanos 8:37 que “somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó”

Ahora vamos a estudiar un poco más en detalle algunos de los problemas muy comunes en nuestra sociedad, como la soledad, las cargas y el pecado.

La Soledad   

Es el problema más común de la vida urbana. Aunque nos encontremos en una gran ciudad como Nueva York, muchas veces nos sentimos solos aún en medio de una gran multitud. Porque es imposible para el hombre natural reaccionar emocionalmente, frente a cada persona con la que entra en contacto sin que se sature su mente y enferme.

La soledad principalmente es producto de las barreras sociales ó de la pérdida de un ser querido, aunque se manifiesta también por otras razones, pero es común como reacción de auto-protección contra el medio ambiente urbano.

Gracias a Dios muchos hemos encontrado que Cristo es la respuesta para la soledad y que El llena todo vacío. Aunque a veces nos podamos sentir en soledad, inmediatamente recordamos la promesa de Cristo: “Les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20). En la Biblia podemos ver ejemplos como el de Elías en 1era. de Reyes 19:9 y Pablo y Silas en la cárcel Filipo en Hechos 16:25-26.

Las Cargas


Muchas veces nos sentimos cargados producto de las múltiples responsabilidades y del sistema, pero Cristo nos recuerda siempre en su palabra en Mateo 11:28 "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar."Sin embargo olvidamos ó simplemente no reconocemos que Cristo es la respuesta a todos nuestros problemas y el bálsamo contra las ansiedades y cargas.

Oí la historia de un hombre cansado que caminaba por un camino, agotado y desalentado. Apenas podía poner un pie delante del otro. Un vecino lo alcanzó en una carreta y lo invitó a viajar con él. Mientras iban viajando su vecino notó que el hombre cansado y agotado aún llevaba una pesada bolsa de granos sobre su espalda.

“Apóyela en el piso de la carreta”, le dijo, “no necesita cargarla”.
 El hombre cansado dijo:
“Oh, bastante tengo con que usted me lleve a mí, pero no esta bolsa de granos”...!!!

A veces nos pasa así a nosotros mismos en algún momento, queriendo conservar nuestras cargas a pesar de estar en los brazos de nuestro todopoderoso Salvador...?

La Biblia dice que "... todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?" 1 Juan 5:4-5

Le entrega usted sus cargas a Jesús y confía plenamente que solo Él sabe cuidarnos mejor que nadie? Si no lo hace puede estar en peligro, porque cuando sufrimos un fuerte trauma ó estamos sometidos a una gran carga, generalmente el hombre se debate en estas 3 opciones:
·              Sumergirnos en la depresión en cualquiera de sus expresiones,
·              Volcarse a los vicios,
·              Tratar de lograr olvidar y luchar en sus fuerzas.

Dios nos dice (1 Pedro 5:7) “Depositen en mi toda ansiedad, porque Yo cuido de ustedes”

El Pecado

Es lo que separa al hombre de Dios, La Biblia dice que todos somos pecadores en Romanos 3:23 "por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. Cuando hacemos lo que no le gusta a Dios estamos errando el blanco, o sea pecando, fallando, separados...

Cristo es la respuesta aún a nuestros pecados, porque siempre está dispuesto a perdonarnos y ayudarnos  a cambiar, permitiendo que ya no estemos más separados (solos) y cargados.

La Biblia dice que “Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad” (1 Juan 1:9).Ha tenido la sensación de no estar en armonía con Dios? O tal vez ha estado el Espíritu Santo tratando de convencerle de que ha quebrantado las leyes de Dios y necesita un Salvador?

No importa si se siente Solo, cargado ó separado de Dios por el pecado, en Cristo podemos tener el refugio y consuelo necesarios. Reconozca que es un Pecador, renuncie a ello y acepte a Cristo como su Salvador.

Usted puede ser una nueva persona en Cristo a partir de hoy y decir con fe que “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”  Filipenses 4:13