miércoles, 28 de marzo de 2012

TABLA DE VERSÍCULOS


Escrituras para combatir los problemas de:

1.           Depresión         
2.          Desanimo         
3.          Inseguridad               
4.          Estrés                         
5.          Miedo                          
6.          Alcohol              
7.          Ira, Enojo         
8.          Traición             
9.          Deudas                      
10.        Divorcio            

Escrituras para combatir la Depresión
  • Claman Los justos, y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias. (Salmo 34:17)
  • Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová. (Salmo 40:1-3)
  • Está mi alma apegada a ti: tu diestra me ha sostenido. (Salmo 63:8)
  • La lengua apacible es árbol de vida; mas la perversidad de ella es quebrantamiento de Espíritu. (Proverbios 15:4)
  • Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. (Isaías 60:1)
Escrituras para combatir la Desanimo
  • Como diente roto y pie descoyuntado es la confianza en el prevaricador en tiempos de angustia. (Proverbios 25:19)
  • Más yo a Jehová miraré, esperare al Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá. (Miqueas 7:7)
  • Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. (Jeremías 29:11)
  • No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. (Gálatas 6:9)
  • Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su hijo Jesucristo nuestro Señor. (1 Corintios 1:9)
Escrituras para combatir la Inseguridad
  • En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.  (1 Juan 4:18)
  • Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. (2 Timoteo 1:7)
  • Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. (1 Juan 4:19)
  • Y otra vez: Yo confiaré en él. Y de nuevo: He aquí, yo y los hijos que Dios me dio. (Hebreos 2:13)
  • Tendrás confianza, porque hay esperanza; Mirarás alrededor, y dormirás seguro. (Job 11:18)
Escrituras para combatir el estrés
  • Seis días trabajarás, y al séptimo día reposarás, para que descanse tu buey y tu asno, y tome refrigerio el hijo de tu sierva, y el extranjero. (Éxodo 23:12)
  • Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. (Filipenses 4:6)
  • Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. (1 Pedro 5:7)
  • Confía en Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. (Salmo 37:3)
  • Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. (Mateo 11:28)
Escrituras para combatir el Miedo
  • Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. (Josué 1:5)
  • Aunque ande en valle de sombra de muerte,
    No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
    Tú vara y tu cayado me infundirán aliento. (Salmo 23:4)
  • Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. (2 Timoteo 1:7)
  • En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. (1 Juan 4:18)
  • Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. (Isaías 43:1-2)
  • No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. (Isaías 41:10)
  • Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado.  (Isaías 26:3)
Escrituras para combatir el alcoholismo
  • No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu. (Efesios 5:18)
  • Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía. (Daniel 1:8)
  • Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro. (1 Timoteo 3:2-3)
  • Despertad, borrachos, y llorad; gemid, todos los que bebéis vino, porque el vino se os ha quitado de vuestra boca. (Joel 1:5)
  • ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.  (1 Corintios 6:9-10)
  • El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora; ninguno que por su causa yerre es sabio. (Proverbios 20:1)
  • Caerá en la pobreza el hombre que ama los placeres; y el que ama el vino y los perfumes no se enriquecerá. (Proverbios 21:27)
Escrituras para combatir la Ira y el Enojo
  • No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. (Romanos 12:19)
  • El que tarda en airarse es grande de entendimiento; el impaciente de espíritu pone de manifiesto su necedad. (Proverbios 14:29)
  • Oísteis que fue dicho a los antiguos: “No matarás”, y cualquiera que mate será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga “Necio” a su hermano, será culpable ante el Concilio; y cualquiera que le diga “Fatuo”, quedará expuesto al infierno de fuego. (Mateo 5:21-22)
  • Por esto mismo, poned toda diligencia en añadir a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. (2 Pedro 1:5-7)
  • La ira del rey es mensajero de muerte, pero el hombre sabio la evita. (Proverbios 16:14)
  • Deja la ira y desecha el enojo; no te excites en manera alguna a hacer lo malo. (Salmo 37:8)
  • Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo. (Efesios 4:26)
Escrituras para combatir la traición
  • Como diente roto y pie descoyuntado es confiar en un prevaricador en momentos de angustia. (Proverbios 25:19)
  • Así ha dicho Jehová: ¡Maldito aquel que confía en el hombre, que pone su confianza en la fuerza humana, mientras su corazón se aparta de Jehová! (Jeremías 17:5)
  • Y mientras comían, dijo: De cierto os digo que uno de vosotros me va a entregar. (Mateo 26:21)
  • Porque los montes se moverán y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia ni el pacto de mi paz se romperá, dice Jehová, el que tiene misericordia de ti. (Isaías 54:10)
  • Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? Su incredulidad, ¿habrá hecho nula la fidelidad de Dios? (Romanos 3:3)
Escrituras para combatir las deudas
  • Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros, pues el que ama al prójimo ha cumplido la Ley. (Romanos 13:7-8)
  • Hijo mío, si has salido fiador por tu amigo o le has empeñado tu palabra a un extraño, te has enredado con las palabras de tu boca y has quedado atrapado en los dichos de tus labios. Haz esto ahora, hijo mío, para librarte, ya que has caído en manos de tu prójimo: Ve, humíllate, importuna a tu amigo. (Proverbios 6:1-3)
  • No seas de aquellos que se comprometen, de los que salen fiadores de deudas ajenas. (Proverbios 22:26)
  • El impío toma prestado y no paga; pero el justo tiene misericordia y da. (Salmo 37:21)
  • Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora, pues él dijo: «No te desampararé ni te dejaré». (Hebreos 13:5)
  • Pero al que trabaja no se le cuenta el salario como un regalo, sino como deuda. (Romanos 4:4)
  • Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo. (1 Timoteo 5:8)
  • Guarda los preceptos de Jehová, tu Dios, andando en sus caminos y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas. (1 Reyes 2:3)
Escrituras para combatir el divorcio
  • Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro. (1 Timoteo 3:2-3)
  • Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó no lo separe el hombre. (Mateo 19:2)
  • Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera. (Mateo 19:9)
  • Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne. (Efesios 5:31)
  • Porque dice Jehová, Dios de Israel, que él aborrece el repudio y al que mancha de maldad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu
  • y no seáis desleales. (Malaquías 2:16)
  • La mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras este vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley que la unía a su marido. (Romanos 7:2)
  • Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor. Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella. (Efesios 5:22-25)